Coaching educativo

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10 rasgos de la gente emocionalmente resiliente:

 

1. Conocen sus límites. Las personas resilientes entienden que existe una separación entre lo que son en su esencia y la causa de su sufrimiento temporal. El estrés / trauma podrá desempeñar un papel en su historia, pero no se convertirá en su identidad permanente.

 

2. Mantienen buenas compañías. Las personas resilientes tienden a buscar y rodearse de otras personas resilientes, ya sea por diversión o porque tienen una necesidad de apoyo. Son personas de apoyo que nos dan el espacio para llorar y trabajar a través de nuestras emociones. Saben escuchar y saben cuándo ofrecer un estímulo sin tratar de resolver todos nuestros problemas con sus consejos. Buenos compañeros saben simplemente estar con nosotros en la adversidad y calmar lo que más nos frustra.

 

3. Cultivan la autoconciencia. Ser "felizmente ignorante" puede ayudarnos a pasar un mal día, pero no es una estrategia muy inteligente a largo plazo. La conciencia de uno mismo nos ayuda a ponernos en contacto con nuestras necesidades psicológicas-fisiológicas y a saber lo que necesitamos, lo que no necesitamos, y cuándo es el momento de solicitar un poco de ayuda adicional. El auto-conocimiento es bueno para escuchar las señales sutiles que el cuerpo y el estado de ánimo nos envían.

 

Por otro lado, una terquedad orgullosa y sin flexibilidad emocional o conciencia de sí mismo puede hacernos glaciares emocionales: Siempre tratando de ser fuerte con el fin de mantenerse a flote, pero propenso a las fracturas masivas por estrés cuando experimentamos un cambio inesperado en nuestro entorno.

 

4. Practican la aceptación. El dolor es dolor, el estrés es estresante, y la curación necesita su tiempo. Cuando estamos en ello, queremos que el dolor desaparezca. Cuando lo observamos desde fuera, queremos quitar el dolor a quienes vemos sufrir. Sin embargo, las personas resilientes entienden que el estrés / dolor es parte de la vida que fluye y refluye. Aunque resulta duro en el momento actual, es mejor llegar a un acuerdo con la verdad del dolor que ignorarla, reprimirla o negarla. La aceptación no significa renunciar y dejar que el estrés gane la batalla, se trata de pararse a experimentar toda la gama de emociones y confiar en que vamos a recuperarnos.

 

5. Están dispuestos a sentarse en silencio. Somos maestros de la distracción: TV, comer en exceso, abuso de drogas, conductas de riesgo, chismes, etc Todos reaccionamos de manera diferente al estrés y al trauma. Algunos de nosotros nos cerramos y otros nos abrimos en exceso. En algún lugar en el medio se encuentra la atención plena -estar en presencia del momento presente sin juicio y sin evitación. Se necesita práctica, pero es una de las formas más puras y más antiguas de sanación y fortalecimiento de la resiliencia.

 

6. No tienen que tener todas las respuestas. La psique tiene sus propios mecanismos integrados de protección que ayudan a regular la tensión. Cuando nos esforzamos por encontrar respuestas a preguntas difíciles en los acontecimientos traumáticos, esforzarse demasiado puede bloquear las respuestas que surjan de forma natural a su propio y debido tiempo. Podemos encontrar fuerza en saber que está bien no tener todo resuelto en este momento y la confianza de que vamos a encontrar poco a poco la paz y sabiendo que nuestro cuerpo-mente-alma están listos.

 

7. Tienen un menú de hábitos de autocuidado. Tienen una lista mental (tal vez incluso una lista física) de los buenos hábitos que los apoyan cuando más lo necesitan. Todos podemos llegar a ser maestros de autocuidado de nuestra vida -notar esas cosas que recargan las baterías y llenan nuestra copa.

 

8. Cuentan con su equipo. El más resiliente entre nosotros sabe cómo pedir ayuda. Ellos saben que les servirá como un oído para escuchar y, seamos honestos, ¡quién no! Nuestro equipo de apoyo nos ayuda a reflejar lo que se ve cuando estamos demasiado inmersos en nuestra propia supervivencia.

 

9. Consideran todas las posibilidades. Podemos entrenarnos para preguntarnos qué partes de nuestra historia actual son permanentes y cuáles posiblemente puedan cambiar. ¿Puede ser que esta situación se vea de una manera diferente en la que no he estado pensando? Esto nos ayuda a mantener una comprensión realista de que la situación actual está coloreada por nuestra interpretación actual. Nuestras interpretaciones de nuestras historias siempre cambiarán a medida que crecemos y maduramos. Saber que la interpretación de hoy puede y va a cambiar, nos da la fe y la esperanza de que las cosas pueden sentirse mejor mañana.

 

10. Salen de sí mismos. Cuando estamos en medio del estrés y el agobio, nuestros pensamientos pueden agitarse con una velocidad vertiginosa y llevarnos a la desconexión. Podemos encontrar respiro plasmando nuestros pensamientos en un papel. Como escribió el Dr. James Pennebaker, en su libro Writing to Heal "Las personas que se dedican a la escritura expresiva parecen sentirse más felices y menos negativas que antes de escribir. Del mismo modo, los informes de los síntomas depresivos, la rumia y la ansiedad general, tienden a disminuir en las semanas y meses después de escribir sobre trastornos emocionales ".

 

La escritura es una estrategia de resiliencia que podemos mantener, literalmente, en nuestro bolsillo. Pero hay otras maneras de salir de nosotros mismos. Por ejemplo lo dicho en el punto 5,  en realidad es bueno para distraernos a veces. Es decir, que están bien, cuando la distracción nos sirve para sacarnos de la rumiación y nos traen de vuelta al momento presente. Las distracciones saludables incluyen ir al gimnasio o salir a caminar, cocinar y hornear, el voluntariado, o cualquiera de los elementos de cuidado personal de los que se habla en el punto 7.

 

 

25 maneras de aumentar la resiliencia

Karen Horneffer-Ginter

 

1. Busca fuentes de noticias inspiradoras. Echa un vistazo a sitios como DailyGood.org o ActionforHappiness.org como una forma de tomar en dosis rápidas de la positividad y la inspiración.

 

2. Permítete sentir tus emociones. A veces dar un buen grito o sentir plenamente nuestras emociones de otra manera nos puede ayudar a volver a encontrar nuestro centro y nos sentimos menos abrumados por nuestros sentimientos.

 

3. Haz una carrera. Ponerse en movimiento, en cualquier forma que elija, puede ayudar a dejar de lado el estrés, aumentar nuestro nivel de energía, y a la liberación de endorfinas en nuestro organismo.

 

4. Recuerda un momento de resiliencia en el pasado. Aquello que te ha permitido encontrar un sentido de valor, fuerza, y resistencia en el pasado. Al recordar esos momentos de la vida, podemos crear un rastro de “migas de pan”, metafórico; volver a este lugar dentro de nosotros mismos.

 

5. Levanta algunos pesos. Involucrar nuestra fuerza física puede permitir que nos sintamos más fuerte emocionalmente. Pesas, sentadillas, y cualquiera de las posturas de yoga pueden ayudarnos a reconectar con la resistencia de nuestro cuerpo.

 

6. Habla con alguien de confianza. Tener una conversación significativa y honesta puede ayudarnos a sentirnos menos solos y que nos permiten obtener claridad acerca de lo que más necesitamos.

 

7. Toma una mañana libre para recargar. Desconectar y bajarse de la rueda de nuestro quehacer diario puede ofrecernos el reinicio que necesitamos para volver a encontrar nuestro centro.

 

8. Toma un baño relajante. Ya sea en su forma simple o con el adicional de velas, burbujas, y un relajante aroma.  Relajarse con un baño puede ayudar a descomprimir y potenciar de nuevo nuestra capacidad de recuperación.

 

9. Piensa en alguien que desprende resiliencia. El hecho de imitar un ejemplo de la resiliencia encarnada en alguien, puede ayudarnos en nuestro intento de volver a conectar con nuestra propia versión de la fuerza interior.

 

10. Conéctate con tu sentido de la fuente a través de la meditación o la oración. Al tomar tiempo para estar en silencio y volver nuestra atención al interior, se puede volver a conectar con lo que se siente como tierra sagrada.

 

11. Volver sobre las tareas ordinarias del día. A veces es útil simplemente volver a nuestras rutinas, incluso si no nos apetece. Volver a lo familiar puede ayudarnos a resolver las cosas dentro.

 

12. Toma un paseo en la naturaleza. Se puede sentir el frescor de salir a la calle, limpiar nuestra mente y revitalizar los sentidos. A veces, sólo esto, ofrece la recarga que necesitamos.

 

13. Escribe en un diario. Anotar nuestros pensamientos y sentimientos nos puede ayudar a dar sentido a lo que está pasando y a apreciar que los retos de la vida son también oportunidades para el crecimiento y el aprendizaje.

 

14. Aumenta la resiliencia de alguien. A veces, la mejor manera de volver a conectar con nuestra capacidad de recuperación es apoyar a otro, ofreciendo nuestro apoyo y amabilidad.

 

15. Observa tus pies en contacto con el suelo. Aunque suena simple este recordatorio  puede ayudarnos a sentirnos más arraigados el notar las plantas de los pies. También puedes visualizar las raíces que se extienden hacia abajo en la tierra y pensar que con cada inspiración, elaboras alimento y fuerza en el núcleo de tu cuerpo.

 

16. Ten compasión por ti mismo y por la humanidad. A veces el camino más rápido para volver a conectar con nuestra capacidad de recuperación se ve frenado por nuestras expectativas de que siempre debemos ser fuertes e invulnerables.

 

17. Escucha música que te dé fuerza. Escucha y disfruta aquellas canciones que te ayudan a volver a encender tu valor y  tu fuerza.

 

18. Toma varias respiraciones intencionales. Respirar hacia dentro y hacia afuera de una manera estimulante puede ayudar a recargar nuestro sentido de la vitalidad y la resistencia. Puede ser útil exhalar con fuerza, y luego permitir una inhalación natural (conocido en el yoga como la "purificación del cráneo" aliento).

 

19. Emprender una acción. Cuando nos sentimos abrumados e impotentes, nos puede ayudar el identificar una medida concreta que podemos tomar para mejorar nuestra situación.

 

20. Recuerda que no estás solo en tu experiencia. Puede ser útil para reconocer la universalidad de las emociones humanas, recordar que los demás también se sienten vulnerables y abrumados de vez en cuando. Como aspiramos a mayores niveles de flexibilidad, podemos desear lo mismo para todos los demás.

 

Resiliencia en el tiempo:

 

21. Formar un grupo de apoyo para la resiliencia. Identificar un puñado de personas de ideas afines que pueden ofrecer apoyo e inspiración. ¡Un grupo de dos también funciona!

 

22. Mantén una colección de citas inspiradoras. Busca frases y citas que te ayuden a conectar con tu verdad y la resiliencia más profunda. Es muy bueno disponer de estos útiles cuando estés necesitado de inspiración.

 

23. Crear un mantra. Construye un lema o una breve declaración de tus intenciones, para que puedas acudir a él cuando sea necesario (por ejemplo, "Incluso en un contexto de incertidumbre, me muevo hacia adelante con fuerza y el amor").

 

24. Establecer una rutina diaria de cuidado personal. Identificar las actividades que ayudan a sentirse mejor. Pueden incluir el ejercicio, la meditación / oración, un descanso adecuado y una alimentación saludable. Experimenta para ver qué funciona mejor para usted.

 

25. Atención plena práctica en la vida del día a día. Cuanto más practicamos estar en el momento presente, en la presenteidad, más capaces somos de apreciar totalmente lo que la vida pone en mi camino

Coaching basado en valores