Textos variados

 

  • Carta de un hijo a sus padres
 
No me des todo lo que te pida,
a veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.
 
No me grites, te respeto menos cuando lo haces,
y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
 
No des siempre órdenes...
Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas
yo lo haría más rápido y con más gusto.
 
Cumple las promesas, buenas o malas...
 
Si me prometes un premio dámelo,
pero también si es castigo.
 
No me compares con nadie,
Especialmente con mis hermanos.
Si me haces lucir mejor que los demás alguien va a sufrir,
y si me haces lucir peor que los demás seré yo quien sufra.
 
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer…
decídete y mantén esta decisión.
 
Déjame valerme por mí mismo,
si tú haces todo por mí yo nunca podré aprender.
 
No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti,
aunque sea para sacarte de un apuro...
me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
 
Cuando hago algo malo no me exijas que te diga por qué lo hice,
a veces ni yo mismo lo sé.
 
Cuando estés equivocado en algo, admítelo.
Crecerá la opinión que tengo de ti,
y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
 
No me digas que haga una cosa si tú no la haces.
Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas,
pero nunca haré lo que tú digas, si no lo haces.
 
Enséñame a amar y conocer a dios.
No importa si en el colegio me quieren enseñar,
porque de nada vale si yo veo que tú ni conoces ni amas a dios.
 
Cuando te cuente un problema mío no me digas:
“no tengo tiempo para boberías” o “eso no tiene importancia”.
Trata de comprenderme y ayudarme.
 
Y quiéreme…y dímelo!
A mí me gusta oírtelo decir
aunque tú no creas necesario decírmelo
 
  • Lo mejor para la tristeza es aprender algo
"Lo mejor para la tristeza es aprender algo. Es lo único que no falla nunca. Puedes envejecer y sentir toda tu anatomía temblorosa; puedes permanecer durante horas por la noche escuchando el desorden de tus venas; puedes echar de menos a tu único amor; puedes ver al mundo a tu alrededor devastado por locos perversos; o saber que tu honor es pisoteado por las cloacas de inteligencias inferiores. Entonces sólo hay una cosa posible: aprender. Aprender por qué se mueve el mundo y lo que hace que se mueva. Es lo único que la inteligencia no puede agotar, ni alienar, que nunca la tortura, que nunca le inspirará miedo ni desconfianza y que nunca soñará con lamentar, de la que nunca se arrepentirá.
Aprender es lo que te conviene.
Mira la cantidad de cosas que puedes aprender: la ciencia pura, la única pureza que existe. Entonces puedes aprender astronomía en el espacio de una vida, historia natural en tres, literatura en seis. Y entonces después de haber agotado un millón de vidas en biología y medicina y teología y geografía e historia y economía, pues, entonces puedes empezar a hacer una rueda de carreta con la madera apropiada, o pasar cincuenta años aprendiendo a empezar a vencer a tu contrincante en esgrima. Y después de eso, puedes empezar de nuevo con las matemáticas hasta que sea tiempo de aprender a arar la tierra."

Terence White, The Once and Future King, Putnam's Sons, Nueva York.
 
  • Parábola de los puercoespines

Era invierno y los puercoespines, aislados cada uno en su rincón, tenían frío. Transcurrieron unos días, hasta que se les ocurrió que una buena forma de calentarse, sería apretarse unos contra otros. Al acercarse, sintieron un agudo dolor, por las heridas que se producían unos a otros con sus púas, y volvieron a alejarse.

Al poco tiempo, el frío se tornó insoportable, y volvieron a buscar el calor de los cuerpos amigos. Los pinchazos, les recordaron, que, tratándose de puercoespines, el exceso de cercanía era peligroso. Decididos, sin embargo, a no dejarse vencer en su lucha contra el frío, se alejaron y se acercaron varias veces, hasta que alcanzaron una distancia óptima, que les permitió estar calentitos, pero sin lastimarse.

 

Arhur Schopenhahuer

 

 

Las doce puertas para ser un “guerrero pacifico”, por Dan Millman

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Dan Millman El guerrero pacifico Las doce puertas para ser un guerrero pacifico, por Dan MillmanDan Millman es un ex atleta profesional, profesor universitario y autor bestselllers. Ha escrito ocho libros de entre los que destacan “El Camino de guerrero pacífico” y “La vida que han nacido para vivir” y “Las 12 puertas”. Su obra ha inspirado a millones de personas en más de veinte idiomas. Dan en sus libros nos ofrece pequeñas recetas muy aplicables al día a día y a la vida cotidiana. Había leído muchos libros de Oriente y de Occidente, de diferentes tradiciones espirituales y religiosas y siempre encontró la misma verdad reflejada en todos pero encubierta por trampas lingüísticas y culturales, hasta que se decidió por escribir eso mismo pero con un lenguaje accesible y actual.

Escribió sus libros con la intención de ayudar a cristianos o judíos o sufíes hindúes o budistas o estar mejor a cualquiera sea cual sea su forma de vida. Él nos habla de lo que hacemos independientemente de nuestras creencias o convicciones religiosas.

En su libro “las 12 puertas” nos propone una nueva definición de lo que llamamos el éxito o el equilibrio. A través de 12 puertas o estadios podemos recuperar nuestra autonomía y autocontrol para conseguir la iluminación y la felicidad.

Estas son las 12 puertas:

1 – Descubrir nuestro valor: No importa lo inteligente, atractivos y brillantes que podamos ser. Si dudamos de nuestra valía, entonces nuestros propios pensamientos sabotean todos los esfuerzos y pueden acabar por socavar las relaciones y nuestra vida. Es necesario abrirse a la vida abundante con el convencimiento de que nos merecemos aquello que deseamos o tenemos. En la medida en que nos creemos que lo merecemos, descubriremos nuestro valor.

2 – Recuperar nuestra voluntad: Incluso los mejores planes siguen sin hacerse si no existe un motor o una voluntad decidida a hacerlos. El amor propio y la autoestima surgen como consecuencia de hacer lo que hay que hacer cuando toca hacerlo.

3 – Energizar el cuerpo: Si nos falta la vitalidad no tenemos nada, si tenemos salud, todo es posible. Lo único de lo que podemos estar seguros es que tenemos un cuerpo para vivir. Cuidar este cuerpo es l manera más fácil de estar bien con nosotros mismos y con el entorno.

4 – Administrar nuestro dinero: Al aclarar nuestros objetivos y el uso de nuestros dones, podemos hacer circular correctamente el dinero. Amar aquello que hacemos y disfrutar trabajando al servicio de los demás, nos ayudan a conectarnos con la más alta vocación de nuestra alma. El dinero es energía y por tanto es neutro, no es ni bueno ni malo. El uso de nuestra energía nos revelará el correcto uso del dinero.

5 – Controlar nuestra Mente: “El mundo es un reflejo de tu mente.” En una mente limpia no hay lugar para fantasmas. Cada uno de nosotros vemos el mundo a través de infinidad de filtros: las creencias, la educación, la opinión, la interpretación, los miedos…. Sólo con una mente libre de condicionamientos podremos objetivamente captar la realidad.

6 – Confiar en nuestra intuición: La intuición es la llave que nos abre la puerta a las dimensiones superiores o espirituales del Ser. La intuición nos permite reconectarnos con nosotros mismos y responder al mundo con otra claridad.

7 – Aceptar nuestras emociones: Aceptar completamente nuestras emociones, sin apegarnos a ellas. No somos nuestras emociones ni nuestros pensamientos. Hay que reconocerlos, hacer las paces con ellos y soltarlos completamente para no identificarse con ellos.

8 – Plantarle cara a nuestros miedos: “el valor no está en la ausencia de miedo, sino en su conquista.” El coraje diario no es un sentimiento sino una acción. Usted puede dirigir su atención hacia lo positivo y tratar de fijar su mente, dirigiéndola, y así al afirmar su poder, sin emociones. Visualizando los resultados positivos conseguirá superar sus miedos.

9 – iluminar nuestra sombra: Debemos ser capaces de bajar a las profundidades de nuestra sombra y ser capaces de iluminarla. Esto liberará una gran cantidad de energía, que de otro modo perdíamos en tonterías y que ahora recuperaremos para ser más eficaces. El conocimiento de sí mismo genera la autenticidad, alegría y compasión.

10 – Abrazar nuestra sexualidad: La negación de las energías de la vida como la energía sexual no es una práctica recomendable. Debemos observarnos, aceptarnos y con prudencia respetar al otro. Hacer el amor puede ser una práctica espiritual y una celebración de la vida.

11 – Despertar nuestro corazón: En esta puerta se nos despierta una nuevo estado en nuestro corazón. Fluye y rebosa amor, amor que perdura, que une y no separa, que no son sólo palabras o sentimientos, que no seduce o controla, que sólo es y por ser ilumina. El amor nos abre las puertas a la iluminación diaria.

12 – Servir al Mundo: El servicio es a la vez un medio y un fin, al dar a los demás, viene a nosotros la abundancia y la paz interior. La última puerta da sentido a la vida.

Un periodista le hizo una entrevista al Dalai Lama. Al entrar en la habitación le preguntó:

¿Qué es lo que más le sorprende de la humanidad?

A lo que él respondió:

·         Que se aburren de ser niños y quieren crecer rápido, para después desear ser niños otra vez.

·         Que desperdician la salud para hacer dinero y luego pierden el dinero para recuperar la salud.

·         Que ansían el futuro y olvidan el presente y así no viven ni el presente ni el futuro.

·         Que viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubieran vivido.

Quedé en silencio un rato y le dije:

Pero, ¿cuáles son las lecciones de vida que debemos aprender?

Y con una sonrisa respondió:

·         Que no pueden hacer que nadie los ame, sino dejarse amar,

·         Que lo más valioso en la vida no es lo que tenemos, sino a quien tenemos,

·         Que una persona rica no es quien tiene más, sino quien necesita menos y que el dinero puede comprar todo menos la felicidad.

·         Que el físico atrae pero la personalidad enamora.

·         Que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haberlo perdido, y que quien hace mal algún día recibirá su merecido.

·         Si quieres ser feliz, haz feliz a alguien.

·         Si quieres recibir, da un poco de ti, rodéate de buenas personas y sé una de ellas.

·         Recuerda, a veces, de quien menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias.

·         Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro.

·         Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aun con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa:  "Estoy bien".